Estamos en medio de los Locos Años 20. En 1922 el jazz ya era un fenómeno conocido por el gran público estadounidense, aunque la mayoría no supiese muy bien de qué se trataba. Para unos era la música más fascinante que habían oído jamás, mientras que otros lo consideraban como la causa de todos los males del mundo.
El caso es que, en 1922, ya existían multitud de orquestas de jazz tocando en las grandes ciudades de Estados Unidos; y no solo orquestas formadas por músicos afroamericanos, sino también, y cada vez más, orquestas de músicos blancos.
Algunas de estas orquestas ya habían incluso pasado por los estudios de grabación, de tal forma que, en 1922, cualquier aficionado podía comprar un buen puñado de discos de jazz en el mercado.
No obstante, si hubiera que destacar un hecho importante para la Historia del Jazz, que tiene lugar en 1922, sería probablemente la llegada a Chicago de un joven trompetista negro, llamado Louis Armstrong, con la intención de incorporarse en la orquesta de su maestro y amigo, Joe “King” Oliver.
Orquestas de músicos afroamericanos
Como ya hemos visto respecto de años anteriores (1919, 1920 y 1921), para 1922 muchos de los músicos de jazz de Nueva Orleans ya habían emigrado hacia el Norte, principalmente hacia las ciudades de Chicago y Nueva York.
En Chicago nos encontramos, entre otros músicos destacados, a Joe Oliver, Clarence Williams, Bunk Johnson, Freddie Keppard, Jimmie Noone o Jelly Roll Morton.
Sin duda, la banda más “hot” de Chicago era la de Joe “King” Oliver que, en junio de 1922, recién llegado de realizar una extensa gira por California, había conseguido un contrato para tocar todas las noches en el Lincoln Gardens Ballroom. En ella tocaban, entre otros, el clarinetista Johnny Dodds, el trombonista Honore Dutrey, y la pianista Lil Hardin.
Precisamente ese año 1922, Oliver decide incorporar una segunda corneta a su formación. No era algo muy común, pues una segunda corneta muy probablemente restaría protagonismo a la primera, que tocaba el propio Oliver. Quizás la decisión tenía su razón de ser en el músico con quien Oliver decide contactar: un joven instrumentista de Nueva Orleans con quien ya ha tenido oportunidad de trabajar anteriormente y a quien considera su discípulo más aventajado: Louis Armstrong.

Este hecho, aparentemente sin mucha trascendencia, tendrá una enorme importancia para el desarrollo del jazz a partir de entonces, pues pone en escena a quien es probablemente el músico más influyente de todo el jazz clásico.
En 1922 también aterrizó en Chicago el pianista Jelly Roll Morton, músico de Nueva Orleans de origen criollo, que se presentaba a sí mismo como “el inventor del jazz”. Llevaba fuera de su ciudad natal desde 1905, viajando de aquí para allá, por el Sur y el Oeste de Estados Unidos, ganándose la vida como pianista, cantante y comediante. No realizaría sus primeras grabaciones hasta el año siguiente.
También descendiente de una familia criolla de Nueva Orleans, donde había liderado una de las mejores bandas de jazz, el trombonista Kid Ory había dejado su ciudad natal en 1919, rumbo a Los Ángeles. Allí formó una banda, la Original Creole Jazz Band, que incluía a músicos como Warren «Baby» Dodds, Mutt Carey, Edward Garland y Wade Whaley, y en 1922 protagonizó las que quizás son las primeras grabaciones de jazz realizadas por una banda de músicos afroamericanos de Nueva Orleans, que en esa ocasión adoptó el nombre de Spike’s Seven Pods of Pepper Orchestra. Tres años más tarde se trasladaría a Chicago donde tocaría con Joe Oliver, Louis Armstrong y Jelly Roll Morton, entre otros.

En Nueva York había también una vibrante actividad musical y el jazz tenía su epicentro y base de operaciones en el barrio de Hárlem.
Son varios los músicos afroamericanos que están comenzando a hacerse un nombre en el panorama jazzístico, principalmente pianistas. Es el caso de James P. Johnson, uno de los más influyentes, creador del estilo denominado “stride piano” y pionero en los estudios de grabación, pues en 1921 había registrado varias canciones, primero en rollos de pianola y posteriormente en disco. En 1922, en cambio, no grabará ningún disco.
También hay que citar a uno de sus discípulos, cuyo nombre tendría un importante lugar en la Historia del Jazz: Thomas “Fats” Waller, que en 1922 realizó además sus primeras grabaciones.
Otro músico destacado asentado en Nueva York era Fletcher Henderson, que había comenzado su carrera como pianista, acompañando a Ethel Waters y a otras cantantes de blues. En 1921 formó una banda y comenzó a registrar algunas canciones en disco. Aun cuando Henderson es una de las figuras más importantes del jazz clásico y el swing, estos registros pioneros, no son muy representativos y suenan más a música de tío vivo que a jazz.
Por otro lado, también en Nueva York nos encontramos con otra figura destacada del jazz: Sidney Bechet, que precisamente en 1922 acababa de regresar de una gira de varios años por Europa integrado en la Southern Syncopated Orchestra de Will Marion Cook. No sería hasta el año siguiente, 1923, que realizaría sus primeras grabaciones junto con Clarence Williams.
Orquestas de músicos blancos
Pero el jazz no era patrimonio exclusivo de los músicos negros. Cada vez eran más las bandas de músicos blancos que se abrían un hueco en el panorama jazzístico. Ese año 1922 tienen un protagonismo especial las siguientes:
En primer lugar, residentes en Chicago aunque originarios de Nueva Orleans, la Friar’s Society Orchestra (el nombre derivaba de un club en el que actuaban con regularidad, pero pronto lo cambiarían por el de New Orleans Rhythm Kings): Era una orquesta formada en 1920 por el cornetista Paul Mares y de la que formarían parte también George Brunis al trombón y Leo Roppolo al clarinete. A diferencia de otras orquestas de músicos blancos, su sonido estaba muy influenciado por el de músicos afroamericanos como Joe Oliver. En 1922 realizaron unas cuantas grabaciones y al año siguiente protagonizaron, junto con Jelly Roll Morton las primeras grabaciones realizadas por una banda racialmente integrada.

En el área de Nueva York destaca una formación que ha pasado a la historia con el nombre de Original Memphis Five. Estaba liderada por un antiguo miembro de la Original Dixieland Jazz Band, el pianista Frank Signorelli, junto con el trompetista Phil Napoleon. Este último era un instrumentista muy solvente y de alto nivel técnico, caracterizado por un fraseo legato y muy melódico, en el estilo de Louis Armstrong. En los años 1922-1923 el grupo registró más de 100 temas, bajo distintos nombres, principalmente Ladd’s Black Aces, Bailey’s Lucky Seven, Jazzbo’s Carolina Serenaders y The Cotton Pickers. Estas grabaciones son importantes pues recogen los primeros registros de un auténtico trompetista de jazz, Phil Napoleon, anteriores a las que realizarían un año después realizarían Joe Oliver y Louis Armstrong.
Otra banda de jazz importante en el área de Nueva York fueron los California Ramblers, formada en 1920-1921 y que precisamente comenzarían una prolífica carrera de grabaciones en 1922, aunque resulta difícil escuchar estos temas en ediciones modernas.
Curiosamente, ninguna de estas formaciones alcanzó las listas de éxito en 1922. Sí lo hicieron en cambio otras orquestas a medio camino entre la música de baile y el jazz, como las dirigidas por Ben Selvin, Isham Jones, Ted Lewis, The Georgians, The Benson Orchestra of Chicago, The Peerless Quartet y, por supuesto, la orquesta de Paul Whiteman, que seguía siendo el número uno indiscutible y, para gran parte de la población, el más fiel representante de la música jazz.
De todas las bandas que grabaron ese año encontrarás alguna muestra en la lista de reproducción que acompaña a esta entrada del blog.
Cantantes de blues
Mención especial merecen las cantantes de blues, tanto negras como blancas, que gozaban de un enorme éxito entre el público. Una de las más populares, Mamie Smith y su banda, los Jazz Hounds, fueron pioneros entre los músicos afroamericanos en pasar por un estudio de grabación cuando ¡en 1920! registraron “Crazy Blues”, tema que vendió más de un millón de copias. En 1922 el grupo realizó hasta quince grabaciones, una de las cuales alcanzó el número 25 de las listas de éxito: “Lonesome Mama Blues”.

Otras dos bluseras afroamericanas, Alberta Hunter y Ethel Waters, habían comenzado su carrera discográfica el año anterior y en este 1922 también cosecharon unos cuantos éxitos.
Y también hay que destacar a otras cantantes negras, como Edith Wilson (acompañada por The Original Jazz Hounds, banda liderada por Johnny Dunn), Leona Williams (acompañada por Her Dixie Band, que no eran otros que los músicos blancos de los Original Memphis Five), Esther Bigeou, Katie Crippen y Mary Stafford, entre otras.
Y, por otro lado, tenemos unas cuantas cantantes de blues blancas que tuvieron, en algún caso, más éxito que sus compañeras negras, hecho que resulta curioso (y lamentable por la realidad que pone de manifiesto). Es el caso de Marion Harris, que logró colocar nada menos que seis temas en las listas de éxito, uno de ellos, una de las canciones del año: “Aggravatin’ Papa”.
Otras cantantes blancas a destacar fueron Dolly Kay, Isabele Patricola y Aileen Stanley.
De todas ellas encontrarás varias muestras en la lista de reproducción que acompaña a esta entrada del blog.
Las canciones del año
Ya hemos mencionado algunos de los éxitos discográficos de 1922. Quizás el mayor éxito jazzístico fue el tema «I Wish I Could Shimmy Like My Sister Kate», una composición de Armand J. Piron, publicada ese mismo año por la editora musical de Clarence Williams. El tema fue popularizado de nuevo en 1939 por Muggsy Spanier, cuya versión es la que ha quedado como estándar. En la lista de reproducción puedes escuchar algunas versiones destacadas de 1922.
Otro tema compuesto ese año y que se convertiría en un estándar de jazz es «Bugle Call Rag», grabado por vez primera por la Friar’s Society Orchestra (New Orleans Rhythm Kings) con el título de «Bugle Call Blues».
En 1922, también se compuso y grabó el tema «Runnin’ Wild», canción que al año siguiente daría título al musical en el que se popularizaría el “Charleston”. La primera grabación de este tema la realizó la Friar’s Society Orchestra.
Otro éxito del año fue “Hot Lips” (o «He’s Got Hot Lips When He Plays Jazz»), escrita por Henry Busse, junto con Henry Lange y Lou Davis. La primera grabación la registró el propio Henry Busse, con la orquesta de Paul Whiteman, de la que era trompetista, pero podemos encontrar otras versiones de ese mismo año. De este tema deriva el apodo del trompetista Oran “Hot Lips” Page, quien al parecer se pasó muchas tardes practicando los solos de Henry Busse.
En 1922 se realiza la primera grabación de «Limehouse Blues» (de Douglas Furber y Philip Braham), por Ferde Grofé, en un rollo de pianola. La canción evoca el distrito londinense de Limehouse, considerado como el Barrio Chino de Londres antes de la Segunda Guerra Mundial. Pronto se convirtió en todo un estándar de jazz. La primera versión jazzística destacada del tema corresponde a Red Nichols, aunque fue también objeto de otras versiones memorables, como las de los Mills Brothers, Benny Goodman o Django Reinhardt.
Otros temas compuestos en 1922 y que pasarían a la historia por ser objeto de múltiples versiones son:
– «China Boy», popularizado por la orquesta de Paul Whiteman en 1929, con Bix Beiderbecke a la trompeta o por Benny Goodman en el concierto del Carnegie Hall.
– «Farewell Blues», compuesta por Paul Mares, Leon Roppolo y Elmer Schoebel, miembros de la Friar’s Society Orchestra, que hizo la primera grabación ese mismo año. Ha sido objeto de múltiles versiones (Joe Oliver o Django Reinhardt, por ejemplo).
– «Chicago (That Toddlin’ Town)», compuesto por Fred Fisher y grabado por, entre otros, Frank Sinatra, Count Basie, Duke Ellington, los Hermanos Dorsey, Benny Goodman o Louis Prima.
– «My Honey’s Loving Arms», de Herman Ruby y Joseph Meyer. Tema muy popular en 1922, grabado, por ejemplo, por Isham Jones y Ladd’s Black Aces (Original Memphis Five), y posteriormente por Cab Calloway, The Mills Brothers o Wingie Manone.
– «Way Down Yonder In New Orleans» de Henry Creamer y John Turner Layton, publicitada como «Una canción del Sur, sin una mammy, una mula o una luna”, como referencia irónica a los clichés del Tim Pan Alley. Es todo un estándar de jazz versionado por, entre otros, Louis Armstrong, Bix Beiderbecke, Earl Hines o Jimmie Noone.
Grabaciones
Ya hemos tenido ocasión de destacar algunas grabaciones de los intérpretes y orquestas de jazz protagonistas en 1922. De los músicos afroamericanos/criollos los únicos que realizan grabaciones en 1922 son Kid Ory, Fletcher Henderson y Fats Waller.
Joe Oliver y Jelly Roll Morton no realizarán grabaciones hasta 1923 y Clarence Williams y James P. Johnson, que ya habían grabado algunos discos en 1921, se tomaron un descanso durante este año 1922.
Las grabaciones de Kid Ory son especialmente importantes en el sentido de que son las primeras grabaciones de jazz (tan solo cuatro canciones) hechas por una orquesta afroamericana de Nueva Orleans. Es interesante, por ejemplo, comparar la versión de “Ory’s Creole Trombone” de 1922 con la que unos pocos años más tarde grabaría el propio Kid Ory con Louis Armstrong y sus Hot Five.
También son fundamentales, por su valor pionero, las grabaciones realizadas por las cantantes negras de blues, como Mamie Smith, que registraron no solo canciones de blues, sino también otros temas más jazzísticos, tanto vocales como instrumentales.
Los músicos blancos tuvieron muchas más oportunidades de dejar su sonido registrado en disco. Como ya hemos comentado, tanto los New Orleans Rhythm Kings como los Original Memphis Five realizaron múltiples grabaciones este año, aunque muchas fueron publicadas bajo otros nombres como Friar’s Society Orchestra y Ladd’s Black Aces.
Sin duda el artista de más éxito discográfico sería, como en años anteriores, Paul Whiteman, que colocó hasta nueve temas en las listas de éxitos ese año y, dentro de las vocalistas, Marion Harris, con seis canciones entre las más vendidas.
El jazz en España
En 1922 el jazz americano no solo es conocido en España, sino que desde un par de años atrás ya existen orquestas españolas que hacen jazz, aunque tenemos que entender este término en un sentido amplio, en la línea de Paul Whiteman y las orquestas de baile.
Destacan la Orquestrina Nic-Fusly, en la que habían contratado como pianista y “encargado del jazz-band” (baterista) a Joan Durán Alemany, que se encargaría de los arreglos más jazzísticos. También la Orquestrina Verdura, dirigida por el pianista Agustín Verdura, o la Demon’s Jazz Band, liderada por Llorenç Torres Nin, el “Maestro Demon”, que pronto sería calificado como el «Rey del Jazz-Band» o el «Paul Whiteman español”.
Todas ellas realizarían grabaciones en esos años, aunque no son fáciles de localizar en la actualidad.
Aun cuando no se trata de un evento propiamente musical ni jazzístico, otro hecho destacable que tuvo lugar este año fue la inauguración del Palacio del Hielo y del Automóvil en Madrid, en la calle Medinaceli, junto al Hotel Palace. Era este un enorme local destinado al lujo y al entretenimiento que, aparte de una pista de hielo artificial de 55×28 metros, disponía de vestuarios, restaurante, espacio para la exhibición de automóviles, diversos salones y salas de baile.
Por otro lado, en el plano literario, este año se publica la novela El negro que tenía el alma blanca, de Alberto Insúa, interesante en la medida en que relata el ambiente musical de la época y la presencia del jazz, y de los ritmos norteamericanos en general, en la vida nocturna de Madrid.
Si te interesa el tema, aquí puedes encontrar más información sobre el jazz en España en los años 20.
Y para terminar, te dejo la habitual lista de reproducción con casi cien canciones compuestas, grabadas o popularizadas en 1922:
Te felicito por tu nuevo trabajo, ya me avisas cuando haces el libro, me gustaría ponerlo en mi biblio.
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Muchas gracias.
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