¿Quién piensa que los festivales de música empezaron en Woodstock en 1969?. Nada más lejos de la realidad. Treinta años antes tuvo lugar un festival de swing que congregó a más de veinte bandas y a casi 24.000 aficionados, durante 6 horas de música ininterrumpida.
El llamado “Carnaval del Swing” es considerado el primer festival de jazz de la historia. Aunque seguramente no fue el primer concierto multitudinario, sin duda fue el que logró reunir más gente, tanto en el escenario como entre el público, y mantuvo ese record por mucho tiempo, pues ni siquiera el Festival de Newport -que comenzó a celebrarse 16 años más tarde- reunió tan alto número de aficionados.
Este macro concierto al aire libre tuvo lugar el domingo 29 de mayo de 1938, entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde, en un estadio de béisbol, el Randall’s Island Stadium de Nueva York, por aquellos tiempos sede del equipo de béisbol New York Black Yankees. Este estadio se encontraba, como su nombre indica, en la Isla de Randall, situada entre Manhattan y Queens. Si vas a Nueva York, no lo busques. El estadio tuvo otros usos posteriores, en 1955 se le cambió el nombre a Downing Stadium y finalmente fue derribado en 2002, aunque se construyó otro estadio en su lugar: el Icahn Stadium.
El concierto fue organizado por la Federación Estadounidense de Músicos -American Federation of Musicians (AFM)- y tuvo carácter benéfico, pues las ganancias fueron destinadas al fondo del Hospital de dicha Federación.
Su presentación se encargó a Martin Block, un DJ de la emisora neoyorquina WNEW, el famoso presentador del programa “Make Believe Ballroom”, un innovador de la radio que se caracterizaba por emplear un tono de voz “natural”, sin la típica impostación de los locutores de antaño. El concierto se retransmitió en directo por dicha emisora.
No sabemos con certeza el nombre de todos los músicos que intervinieron. En el cartel anunciador del New York Daily News figuran de forma destacada las orquestas de Benny Goodman, Duke Ellington, Artie Shaw, Chick Webb y Vincent Lopez; en un segundo lugar las de Count Basie, Sammy Kaye, Bunny Berigan, Hal Kemp, Kay Kyser, Russ Morgan y Woody Herman; y en un tercer plano Roy Eldrige, Larry Clinton, «Hot Lips» Page, Will Osborne, John Kirby, el trío de Milt Herth, The Andrews Sisters, Stuff Smith y la orquesta de Hudson-DeLange.

Resulta curioso que aparezcan en primer lugar algunas formaciones que hoy son casi desconocidas para el aficionado, como la de Vincent Lopez, por delante de nombres como los de Count Basie o Woody Herman. Sin embargo, hay que pensar que estas dos últimas bandas eran de reciente formación en 1938 y que algunas orquestas, como la citada de Vincent Lopez, o las de los poco conocidos actualmente Kay Kyser o Russ Morgan, eran muy conocidas y tuvieron en su momento bastantes números uno en las listas de éxitos. No todos los músicos de éxito pasan a la posteridad.
Como es lógico, aparte de los músicos destacados en el cartel, estas bandas llevaban solistas de excepción, como Lester Young, Jimmy Rushing y Helen Humes, en la orquesta de Count Basie, Ivie Anderson en la de Duke Ellington, o Ella Fitzgerald como vocalista de la orquesta de Chick Webb.
A pesar de figurar el primero de la lista, Benny Goodman al final tuvo que cancelar su actuación, al parecer por otro compromiso de la banda en Los Ángeles. No hay mucha más información al respecto. Por otro lado, aun cuando no aparece en el cartel, uno de los músicos que se menciona en las crónicas del evento es el baterista Gene Krupa. Debe de entenderse que participó con su propia banda, pues había abandonado la orquesta de Benny Goodman unos meses antes, justo después del famoso concierto en el Carnegie Hall en enero de ese mismo año. Es probable que se le invitase a participar debido a la cancelación de Benny Goodman. Se cuenta que “el Carnaval llegó a un escandaloso final en el último momento por el ex baterista de Benny Goodman, Gene Krupa, y su big band. Krupa, idiosincráticamente masticando chicle, fue capaz de domesticar a las masas con su música de baile similar y contundente”.

Como comentó el New York Times, unas bandas hacían música “hot” y otras “sweet”, y aunque ninguna cometió el pecado de tocar “cursi”, el público se inclinó claramente por las primeras. Efectivamente, las distintas orquestas invitadas reflejan la diversidad del gusto de la época. Desde las bandas más jazzísticas y vanguardistas, como las de Count Basie, Duke Ellington, Chick Webb o Benny Goodman, hasta orquestas de baile más edulcoradas como las de Vincent Lopez, Will Osborne o Russ Morgan.
Tampoco sabemos el orden en el que intervino ni los temas que tocó cada banda, con alguna excepción. Solo sabemos que se concedió a cada orquesta un tiempo de 10 minutos en el escenario. El macro concierto tuvo una duración total de casi 6 horas.
No existen grabaciones de la música, salvo de unos pocos temas que fueron capturados por el ingeniero de sonido Bill Savory en discos de 12 o incluso de 16 pulgadas a 33 1/3 rpm. Concretamente se trata de cuatro temas interpretados por Count Basie y su orquesta (“One O’ Clock Jump”, “Every Tub”, “Boogie Woogie” y “Farewell Blues/Moten Swing”) y uno por Stuff Smith (“Crescendo In Drums”). Estas grabaciones fueron donadas al National Jazz Museum in Harlem, que las restauró y digitalizó.
El número y calidad de las orquestas anunciadas y el bajo precio de las entradas -50 centavos- hizo que la asistencia de aficionados superase todas las expectativas. Se calcula que asistieron más de 23.000 personas, que llenaron por completo las gradas del Randall’s Stadium (su aforo era de 22.000).

El concierto fue “declarado” racialmente integrado, esto es, que blancos y negros no tenían que estar necesariamente separados, lo cual era toda una novedad en los años 30 y se puede comprobar en las pocas imágenes y vídeos que se conservan, aunque la mezcla del público no es total.

La prensa da cuenta de algunos incidentes, como algunas peleas y la invasión del campo por cientos de aficionados, cuando Duke Ellington tocó “Diminuendo and Crescendo in Blue”. El concierto se paró durante 10 minutos y Martin Block amenazó con su suspensión si el público no volvía a sus asientos. Finalmente “el orden fue restaurado por la policía”.
Aparte de lo comentado, en general, parece que el concierto transcurrió sin más incidentes, en un clima de buen rollo, como se observa en las imágenes y vídeos existentes, sin duda generado por la buena música de jazz. He aquí una muestra. Las imágenes no tienen desperdicio:
Tenemos la suerte de que uno de los muchos entusiastas del jazz que asistieron al concierto fue un joven fotógrafo aficionado, Otto F. Hess, inmigrante alemán, que logró tomar magníficas instantáneas de los músicos, tanto en el escenario, como fuera de él. Su colección de fotografías presenta a muchos de los artistas: Count Basie, Lester Young, Teddy Hill, Jonah Jones, Gene Krupa, Joe Marsala, Stuff Smith y Chick Webb. Una foto curiosa es la que muestra a Duke Ellington junto a W.C. Handy, el compositor de «St. Louis Blues», uno de los temas tocados por Ellington.


Como decía, salvo algunas excepciones, no tenemos ni idea de los temas que se tocaron en ese concierto. No obstante, me he aventurado a confeccionar una lista de reproducción, seleccionando grabaciones de las bandas participantes, realizadas en esa misma época (1937-1939), algunas de ellas en directo. No me he resistido a incluir algunos temas de la orquesta de Benny Goodman, grabaciones de su concierto en el Carnegie Hall cinco meses antes. El resultado es espectacular. Espero que la disfrutéis y que os transporte, de alguna manera, a aquella memorable mañana de domingo de 1938.
[…] El Carnaval del Swing: el primer festival de swing de la historia […]
Me gustaMe gusta