Si ya fue difícil seleccionar los Diez temas de swing que hay que escuchar antes de… bailar, me ha resultado aún más difícil seleccionar los diez siguientes, dedicados a quienes han hecho los deberes y ya se conocen de memoria los diez primeros.
En la lista vinculada con esta entrada podéis encontrar más de 80 canciones que cualquiera consideraría “imprescindibles” de cualquier discoteca de jazz clásico y swing… y seguro que se quedan fuera unas cuantas.
No obstante, he hecho un esfuerzo y, después de mucho quitar y poner, he logrado confeccionar una nueva lista de éxitos. El criterio es muy personal, pero creo que coincidiréis conmigo en que se trata de diez joyas del swing. En esta ocasión no las voy a numerar, porque, sinceramente, me cuesta mucho establecer un orden entre ellas:
Take the A Train
Cuando, en 1938, Duke Ellington ofreció a Billy Strayhorn un puesto en su orquesta, le envió dinero para llegar desde Pittsburgh a Nueva York y le dio instrucciones para llegar en metro hasta su casa en Harlem. Las instrucciones comenzaban indicando «Take the ‘A’ Train…», con referencia a la línea de metro (la A) que conectaba Brooklyn con Harlem.
Un año después compuso este tema que parece ser que le rondaba por la cabeza desde entonces y que llegó a ser la canción más representativa de la orquesta de Ellington. Aquí podéis ver un fragmento de la película Reveille with Beverly, de 1943 en el que se interpreta la canción.
Y aquí otra versión un poco anterior, de un corto musical (soundie) con los Delta Rhythm Boys (qué guapos eran estos tíos).
All of Me
Probablemente el estándar de jazz más grabado de todos los tiempos. Se trata de un tema de 1931, compuesto por Gerald Marks y Seymour Simons y grabado por primera vez por Belle Baker. Al poco Mildred Bailey grabó una versión con la orquesta de Paul Whiteman que llegó a los primeros puestos de las listas de éxitos. Otras magníficas versiones son las de Billie Holiday (1941) y Frank Sinatra, que la grabó en varias ocasiones y la popularizó entre el público general no conocedor del jazz.
Entre los músicos de jazz es imprescindible, especialmente entre los guitarristas y más aún entre los que tocan guitarra manouche, que tienen instalada en su cerebro la versión mítica realizada por el guitarrista Django Reinhardt con el Quinteto del Hot Club de France.
I’m Beginning to See the Light
Esta es una canción optimista de esas que nos ayudan a bailar con una sonrisa en la cara. Fue escrita por Duke Ellington, Don George, Johnny Hodges y Harry James (¡Qué cuarteto!) y publicada en 1944. Sus versiones son incontables. La primera destacada la de Ella Fitzgerald acompañada por el grupo vocal Ink Spots, que llegó al puesto nº 5 de las listas de éxito en 1945. Fue superada en popularidad ese mismo año por una estupenda versión firmada por Harry James y su orquesta, con la vocalista Kitty Kallen. Duke Ellington también grabó el tema en la misma época, con la cantante Joya Sherrill.
Todos ellos grabaron varias versiones con posterioridad: Harry James con Helen Forrest, Duke Ellington con Louis Armstrong, Ella Fitzgerald con Duke Ellington, y con Count Basie, una magnífica versión, casi veinte años después, para el disco Ella and Basie! (1963).
Minnie the Moocher
Este es quizás el tema más representativo de Cab Calloway, que lo grabó por primera vez en 1931 y vendió ¡un millón de copias!
La canción tiene su propio video-clip, surrealista y siniestro, protagonizado por Betty Boop y con Cab Calloway convertido en morsa. El baile con que la morsa acompaña la canción está hecho con el rotoscopio sobre unas imágenes reales del propio Cab Calloway.
Opus One
Compuesta en 1943 por Sy Oliver, con letra de Sid Garris, pronto se convirtió en un gran éxito en la versión que Tommy Dorsey grabó en 1944. No obstante, esa no fue la primera versión. Se había grabado un año antes para la película Broadway Rhythm aunque finalmente se cortó de la cinta.
Anita O’Day grabó una versión vocal con Gene Krupa y su orquesta en 1945. Otras destacadas versiones son las de los Mills Brothers (1954) y la de Harry James (1962).
Love me or Leave me
Esta canción fue compuesta para el musical Whoopee! de 1928, por Walter Donaldson (música) y Gus Kahn (letra). La primera versión fue grabada ese mismo año por Ruth Etting, que era quien interpretaba el tema en el musical. Tuvo un éxito tremendo.
Luego se realizaron otras versiones también muy populares: Guy Lombardo, Leo Reisman, Bing Crosby, Doris Day… De todas ellas hay que destacar las que grabaron dos divas del jazz: Billie Holiday (1954) y Nina Simone (en 1958 y en 1966). Son versiones completamente distintas de un mismo tema, pero las dos -las tres- magníficas. En las versiones de Simone, la cantante/pianista intercala un solo a modo de invención, al más puro estilo de Johann Sebastian Bach.
Don’t Be That Way
Esta es la obra que abrió el famosísimo concierto de Benny Goodman en el Carnegie Hall (enero de 1938). No obstante, la canción es algo anterior y surgió en el círculo musical de uno de sus competidores: Chick Webb, pues fue compuesta por el saxo alto y arreglista de la banda Edgar Sampson.
Tanto Goodman como sus músicos eran admiradores de la música de Chick Webb. En mayo de 1937 ambas orquestas coincidieron en una “batalla de bandas” en el Savoy que duró casi cinco horas. Aunque Benny Goodman ya era reconocido como “el Rey del Swing”, tanto él como sus músicos reconocieron que la banda de Webb les había vencido por K.O. Gene Krupa, el baterista de la banda de Goodman, comentó que Chick Webb a la batería le había “hecho pedacitos”. Se piensa que el inicio del concierto del Carnegie Hall con este tema fue una especie de homenaje a Chick Webb. Un mes más tarde, la orquesta de Benny Goodman grabó el tema para RCA, alcanzando el número 1 en las listas.
Honeysuckle Rose
Esta es, junto con “Ain’t Misbehaving”, uno de los temas más conocidos de Fats Waller. Con letra de Andy Razaf, se compuso en 1929 para la revista Load of Coal, estrenada en Connie’s Inn, el segundo local más popular de Harlem después del Cotton Club.
La canción se popularizó poco después de su estreno en la versión de Mildred Bailey y Paul Whiteman y sobre todo en la que hizo Fletcher Henderson en 1933, que alcanzó el nº 18 de las listas de éxito. No obstante, yo me quedo con esta magnífica versión del propio Fats Waller recogida en un corto musical de 1941.
Jumpin’ at the Woodside
Este es una de las “tarjetas de presentación” de la banda de Count Basie. Grabada por vez primera en 1938, alcanzó el número 11 de la lista de éxitos. Se trata de un «head arrangement» compuesto de forma colaborativa entre los miembros de la banda a partir de una idea musical de Eddie Durham.
En cuanto al significado del título, el término «jumpin’» puede significar “animado” o bien ser un sinónimo de bailar o de tener sexo. “Woodside” se refiere al Hotel Woodside, situado en Harlem y muy popular entre los músicos de jazz y los jugadores negros de los equipos de baseball. La banda de Basie se alojaba normalmente allí e incluso ensayaba en alguno de sus salones.
La canción se utilizó en Hellzapoppin como música para la famosa actuación de los Whitey’s Lindy Hoppers. Se empleó tanto en el musical de Broadway como en la versión cinematográfica, aunque en esta última finalmente se reemplazó por otra canción por motivos de derechos de autor.
Minor Swing
Este es un tema clásico del swing manouche, quizás el más característico. Compuesto por el guitarrista Django Reinhardt y el violinista Stéphane Grappelli, fue grabado por primera vez por el Quinteto del Hot Club de France en 1937.
Django grabó el tema otras cuatro veces, solo en una de ellas repitió Stéphane Grappelli al violín (en 1949). Me quedo con la primera versión que es la que puedes escuchar en la lista de reproducción que acompaña a esta entrada.
… Y una de regalo:
Dipsy Doodle
Como en la selección de los “Diez temas que tienes que escuchar… antes de bailar”, incluyo aquí uno de regalo, como en la anterior ocasión, vinculado con una clásica rutina de baile, en este caso el Tranky Doo. Se trata de un tema de letra y título enigmáticos, compuesto en 1937 por Larry Clinton para la orquesta de Tommy Dorsey, que grabó la primera versión con la cantante Edithe Wright. Dos meses después, Chick Webb registró su versión de este tema, un poco más acelerada, con Ella Fitzgerald al micrófono.
Como he dicho, el título no se sabe muy bien a qué se refiere. La teoría más plausible es la que considera que dipsy doodle es el estado de atontamiento provocado por estar enamorado. Así, la letra de la canción dice, entre otras cosas, que cuando estás en este estado dices las frases al revés: «You love I and me love you».
En cuanto al Tranky Doo, es una rutina creada por Frankie Manning -según él mismo reconoce en sus memorias-. La denominación hace referencia al nombre de la bailarina de un club de Chicago, la última en abandonar el escenario, que ejecutaba una combinación de pasos (fall of the log, shuffle, boogies) que son con los que da comienzo la coreografía. La rutina original se bailaba al ritmo de otros temas de swing, como el “Tuxedo Junction”, pero modernamente es frecuente utilizar el “Dipsy Doodle” (en la versión de Chick Webb), debido al hecho de que es esta la canción que se superpuso a la interpretación del Tranky Doo que aparece en el documental Spirit Moves (originalmente sin sonido), ejecutada por Al Minns, Leon James y Pepsi Bethel:
Más información sobre esta rutina en: https://swungover.wordpress.com/2017/09/25/the-mysterious-history-of-the-tranky-doo/
Me dejo para otra ocasión cientos de temazos del swing. Entre los que había preseleccionado para este top ten, están: “Exactly like You”, “I Found a New Baby”, “Tea for Two”, “Rose Room”, “Goody Goody”, “I’m Crazy ‘Bout My Baby”, “Body and Soul”, “One O’Clock Jump”, “St. Louis Blues”, “Splanky”, “Tickle Toe”, “Lavender Coffin”, “Swingin’ On Nothin’”, “Christopher Columbus”.
Todos los anteriores y unos cuantos más puedes escucharlos en esta lista de reproducción: