No soy muy partidario de reducir las cosas a listas, pero hace poco publiqué la lista de los «Diez temas de swing que hay que escuchar antes de… bailar» y creo que fue útil para mucha gente. Muchos agradecen artículos más largos y con mayor profundidad, mientras que a otros les gusta una información más concisa y comprimida.
Por ello, con motivo del día internacional de la mujer, he decidido escribir esta entrada, a partir de la más extensa «Guía rápida de las mujeres en el swing«, que os recomiendo si tenéis algo más de tiempo, así como la playlist que incluye.
Como pasa en todas las listas, lo más difícil es hacer la selección. En esta tengo en cuenta no solo mi gusto personal, sino también la trascendencia de cada artista en el jazz clásico y el swing. Me conformo con que sirva de punto de partida para descubrir la música de estas maravillosas mujeres.
1. Ella Fitzgerald, porque fue la voz de las mejores orquestas de jazz, desde su debut, con solo 18 años, con la banda de Chick Webb (la residente en el Savoy), que luego dirigiría; porque fue una estrella del swing, pero también del bebop, superando géneros y estilos; por su clara y precisa vocalización y capacidad de improvisación, maestra del scat.
2. Billie Holiday, por su cálida voz, inconfundible, que crearía escuela; por su musicalidad, gran sentido rítmico, sutil expresión y enorme inmediatez emocional; por sus grabaciones junto con Teddy Wilson y Lester Young, verdaderas joyas de la historia de la música; por “Strange Fruit” y lo que representó en la lucha en contra de la violencia y discriminación racial.
3. Lil Hardin Armstrong, por su labor pionera en la historia del jazz, primero con la banda de Joe King Oliver, luego como pianista, arreglista, compositora y directora musical de los míticos Hot Five, cuya cara más visible era Louis Armstrong, su marido; por componer auténticas joyas del jazz, como “Just for a Thrill”, “Struttin’ with Some Barbecue” o la magnífica “Oriental Swing”.

4. Mary Lou Williams, por tocar el piano desde los tres años (y profesionalmente desde los trece); por su labor como pianista, arreglista y compositora en la orquesta de Andy Kirk (The Twelve Clouds of Joy); por su papel como impulsora del movimiento que revolucionaría el jazz, el bebop; y por ser una de las pocas mujeres (solo tres) que aparecen en la fotografía conocida como “A Great Day in Harlem”.
5. Blanche Calloway, por ser la primera mujer en dirigir una banda compuesta íntegramente por hombres, a principios de los años 30 (Blanche Calloway and Her Joy Boys), formación por la que pasaron músicos de la talla de Ben Webster, Vic Dickerson o Cozy Cole; por su estilo interpretativo extravagante, influencia fundamental en el estilo de su hermano, Cab Calloway, más conocido que ella.
6. Valaida Snow, por tocar, ya a los 15 años, el cello, el banjo, el violín, el arpa, el acordeón, la mandolina, el clarinete, la trompeta y el saxofón, además de cantar y bailar; por ser tan buena trompetista como Louis Armstrong (se la conocía como “Little Louis”, en referencia a este último); y por su aportación a la difusión del jazz alrededor del mundo a través de sus viajes ya a finales de los años 20.
7. Melba Liston, por ser la primera trombonista en tocar en una big band en los años 40 (la de Gerald Wilson), sin recibir el reconocimiento que se merecía; por ser también compositora y arreglista; y por jugar un importante papel en el nacimiento del bebop, tocando con Dexter Gordon y Dizzy Gillespie.

8. Ethel Waters, por su preciosa y cálida voz; por su versatilidad como cantante de blues, de swing, de pop; y por ser pionera en muchas cosas: la primera artista negra en un show blanco de Broadway, la primera en tener su propio show de televisión (The Ethel Waters Show, 1939), una de las primeras en ser nominada para un Óscar y la primera en ser nominada para un premio Emmy ¡en 1962!
9. The Boswell Sisters, que no es una sino tres, porque fueron uno de los primeros conjuntos vocales de jazz, inspiradores de otros posteriores; por su perfecta ejecución y empaste; por la originalidad de sus interpretaciones, con inesperados cambios de ritmo o de tonalidad dentro de una misma canción.
10. Norma Miller, porque, de elegir solo una bailarina, tenía que ser ella, por su papel fundamental en la creación y difusión del lindy hop, junto con Frankie Manning, Al Minns, Leon James… y otros tantos miembros de los Whitey’s Lindy Hoppers; por su constante labor como bailarina y coreógrafa a lo largo de su vida, traspasando estilos y fronteras (más sobre ella aquí).
(Sobre las principales bailarinas del lindy hop te recomiendo este otro post de Mad for Swing).
