Bugui bugui

booguie

Cuando empecé a interesarme por el jazz y el swing en España, una de las primeras canciones con las que me topé fue «Netolandia», sintonía comercial de un abrillantador de metales, cantada por Carmen Gaal, que dice así:

El bugui bugui que conoce todo el mundo / y hasta lo bailan allá en Marte y en el Sol / fue descubierto por un ama de su casa / sacando brillo a los metales con Netol

Netol

Me encantó esta ingenua (e ingeniosa) revelación sobre el origen del boogie woogie y decidí profundizar un poco más en este género.

La historia del boogie woogie es mucho más compleja y fascinante que la que cuenta Carmen Gaal, pero antes de seguir, te recomiendo que vayas al final de esta entrada, donde encontrarás el enlace con una lista de reproducción de bugui bugui en español.

Este género se originó a principios del siglo XX, en el Sur de Estados Unidos, en algún lugar del delta del Misisipi o en Texas, en los bares conocidos como barrelhouses, en donde los pianistas desarrollaron una manera rápida y puramente instrumental del blues con el objetivo de hacerlo bailable.

En los años 20, con la migración de población negra hacia las ciudades del Norte, en busca de una vida más próspera y menores prejuicios raciales, muchos pianistas de boogie se asentaron en Chicago, Kansas City y St. Louis. Destacaron George W. Thomas (que con el pseudónimo de Clay Custer grabó «The Rocks», en 1923, uno de los precedentes del rock and roll); Jimmy Blythe (autor de «Chicago Stomp»); Cow Cow Davenport (autor de «Cow Cow Blues»). Este último se presentaba -en sus tarjetas de visita- como «el hombre que introdujo el boogie-woogie en América». También de esa época es Jimmy Yancey, nativo de Chicago, uno de los más populares animadores de las llamadas rent-parties, fiestas organizadas con la finalidad de recaudar fondos para el pago del alquiler. Un discípulo suyo fue Pinetop Smith, autor del tema más versionado en la historia del boogie-woogie y que daría nombre al estilo, el «Pinetop’s Boogie-Woogie».

El género siguió siendo muy popular en los años 30 en las ciudades citadas, de la mano de una segunda generación creada en torno a Pinetop Smith y representada por músicos como Meade Lux Lewis (autor de «Honky Tonk Train Blues», el ejemplo más famoso de temática ferroviaria) y Albert Ammons (que grabó una enérgica versión del tema de Pinetop Smith, a la que denominó «Boogie-Woogie Stomp»). Ammons añadió al estilo mayor rapidez y aún más fortaleza rítmica al acercarlo a la pequeña formación de jazz.

En 1938, el productor John Hammond, que había descubierto a los citados Meade Lux Lewis y Albert Ammons, así como a otros músicos de Kansas City, como el dúo formado por el pianista Pete Johnson y el cantante Big Joe Turner, organizó un gran concierto en el Carnegie Hall de Nueva York (From Spirituals to Swing), para mostrar al público blanco la evolución de la música negra americana. Lewis, Ammons, Johnson y Turner tuvieron la oportunidad de darse a conocer ante una multitud y de compartir el cartel con figuras de la talla de Count Basie y Sydney Bechet, entre otros. El concierto fue un gran éxito, los intérpretes de booguie se llevaron los mayores aplausos y de ahí nació la moda del boogie-woogie en todo el país.

Les empezaron a llover las ofertas para conciertos y grabaciones. Lewis, Ammons, Johnson y Turner, conocidos como los Boogie-Woogie Boys, estuvieron tocando durante más de dos años en el recién inaugurado club Cafe Society Downtown, en Nueva York, el primer club que acogió una audiencia racialmente integrada (allí fue filmado el cortometraje Boogie-Woogie Dream, en el que aparecen Ammons y Johnson interpretando el tema que le daba título al filme).

La moda del boogie-woogie dominó el panorama de la música negra -que cada vez tenía más oyentes blancos- hasta mediados de los 40. No solo eso, se extendió a intérpretes blancos (quizás el caso más significativo sea el de Harry The Hipster Gibson, del que hablamos en otra entrada de este mismo blog), sentando las bases del rhythm and blues y del rock and roll diez años despúes.

Fue en esa época, a mediados de los 40, cuando el booguie empezó a ser conocido a nivel internacional. En España tuvo una considerable aceptación, conviviendo perfectamente con el foxtrot y con el swing.

En 1947, Lolita Garrido cantaba:

En Pasapoga se baila el bugui / Ay bugui bugui bugui bugui bugui bugui… Oh bugui

(“En Pasapoga”, de la revista Historia de dos mujeres)

De ese mismo año es la grabación de “Una casita” (etiquetada como fox-bugui), de Rina Celi, una divertida canción en la que primero, con un tranquilo ritmo de fox, se idolatra el estilo de vida americano, conocido a través de las películas:

Me gustaría tener una casita igual como la vimos en el cine… en ella habría mil cosas muy modernas, nevera y rádio de último modelo, y nuestra cama sería empotrable… nuestra cocina sería eléctrica y las conservas de gran variedad…

Para luego, en un trepidante ritmo de bugui, exponer la más cruda realidad de nuestro país:

Porque en las casas de inquilinos los vecinos son ladinos, con sus chismes clandestinos originan desatinos, les importa un comino el descanso matutino, y de veras yo no atino cómo no los asesino, el vecino del primero que parece pregonero, el vecino del segundo, ¡vaya un tío iracundo!… ascensores no funcionan, tuberías se taponan, las porteras te sermonan, los urbanos te sancionan…

El bugui se puso de moda y llegó a la rádio (ya hemos comentado el anuncio de Netol), a la revista y al cine.

Como ejemplo de buguis presentes en revistas se pueden citar “Rapsodia en Bugui” y “El bugui del pingüino”, ambos interpretados por la cantante Mignon en la revista Melodías del Danubio (1944).

En la gran pantalla debemos mencionar la “Canción del amante”, interpretada por Rina Celi en la película Las tinieblas quedaron atrás (1948).

Se trata de un repertorio sumamente original y con unas letras bastante ingeniosas, aunque no faltan versiones, como la que José Ribalta y sus Muchachos hicieron del tema “Red Bank Boogie” popularizado por Count Basie, con el título de “Teclado al rojo” (1945).

Aparte de los temas comentados, podemos destacar otras grabaciones, recogidas en la lista de reproducción con la que enlaza esta entrada:

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